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Papa Francisco

Jorge Mario Bergoglio

Naciste el 17 de diciembre de 1936 en Buenos Aires, Argentina, y fuiste el Papa 266° de la Iglesia Católica, desde el 13 de marzo de 2013, hasta tu partida el 21 de abril de 2025. Tu última aparición fue el Domingo de Resurrección, deseando “feliz Pascua”  e impartiendo la bendición “Urbi et Orbi”, desde el balcón principal de la Basílica De San Pedro. Te despediste sirviendo. 

Fuiste el primer Papa latinoamericano, el primer jesuita y el primer no europeo  en ocupar este cargo en la historia. Fuiste hijo de inmigrantes. Te gustaban las risas, la honestidad, la sinceridad, las ciencias y estudiaste química, antes de escuchar el llamado al sacerdocio. Te ordenaste sacerdote en 1969. Como arzobispo de Buenos Aires, destacaste por tu humildad, cercanía con los pobres y tu compromiso con los más necesitados.

Tú, Papa Francisco, nos hablaste de la misericordia, la inclusión y la justicia social. A través de encíclicas como Laudato Si’ (2015), llamaste a cuidar nuestra casa común, y con Fratelli Tutti (2020), nos inspiraste a construir un mundo lleno de fraternidad, llamándonos a cuidar a los “descartados”. Nos enseñaste que los “ancianos son un tesoro”, mensaje que resuena en los cimientos de nuestra fundación. Fuiste testimonio de sencillez, lavaste los pies a presos y migrantes, y promoviste la paz y el diálogo entre religiones.

Tú, Papa Francisco, diste tu corazón a los pobres, a los jóvenes, a los migrantes, a los cautivos, a los adultos mayores y a los necesitados de la paz y del amor de Dios, diste fe y ofreciste esperanza a todos los que sufren de soledad, pobreza o discriminación. Nos enseñaste a ver la dignidad en cada persona; especialmente, en aquellos que la sociedad olvida o que están en peligro de perder la fe.

Hiciste acciones llenas de amor y de compasión al prójimo y , en tu memoria, seguiremos  tu ejemplo en nuestra Fundación. Tú, Papa Francisco, fuiste testimonio de humildad, sencillez, misericordia y diálogo; así, con tu vida y tu palabra, nos inspiraste a soñar en cada una de nuestras iniciativas, que hoy son una realidad que busca el bienestar de nuestros mayores.

Tus palabras son luz y tu memoria es motivación constante para seguir adelante con nuestra misión. Tú, Papa Francisco, nos mostraste el camino para servir con compasión, ética y servicio, uniendo generaciones y dignificando la vejez.

¡Hasta siempre, querido Papa Francisco!

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